La noticia salió en la primera edición de todos los periódicos. El estudio del famoso pintor realista amaneció destrozado. Todo eran cuadros rasgados, caballetes desvencijados... No parecía un robo; semejaba, más bien, una agresión muy bien planeada. Lo único que echó en falta el pintor fueron a dos de los caballeros medievales de la histórica batalla que estaba pintando en ese momento. Habían sido enemigos durante toda su vida.
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Microrrelato que participa en el Reto 5 líneas del
blog de Adella Brac.